Los sonidos de al-Andalus.

«No sólo a los hombres nobles, les gusta la música, sino también a la gente común, tanto a los gobernadores como a los poetas, de los ejércitos, tanto a los artesanos como a los poetas que se vieron atrapados apasionadamente por esas actividades artísticas. Algunos no se limitan a apreciar la música; ellos mismos son músicos y no sólo ejecutantes sino también teóricos.»
Ibn Malik

Las primeras referencias importantes sobre la música de al-Andalus vienen de la mano de Ziryab. Fue el fundador, en el siglo IX, de la primera escuela musical medieval en Córdoba y transmisor de enseñanzas que orientalizaron y refinaron la corte Omeya.

img6Su legado de más de mil composiciones perduró durante siglos. A él se le atribuye la introducción de instrumentos musicales como el laúd, al que le añadió una quinta cuerda pulsada con un plectro de plumas de águila.

Repertorios poéticos se recitaban y cantaban en palacio a través de nuwas. Otras formas literarias musicales, como las muwassahas y zéjeles, se interpretaban de forma individual o colectiva en fiestas privadas, calles, zocos y celebraciones públicas.

Una vitrina expone los principales instrumentos del repertorio tradicional de las músicas de al- Andalus, como el laúd (al-ud), el rabab o rabel, el buq o albogue, la flauta y el bandair o pandero con sonajas. Bajo una reproducción plana de la cúpula de la maqsura de la mezquita de Córdoba, el visitante podrá deleitarse por los sonidos que aún se interpretan en Oriente y Norte de África gracias a la transmisión oral y escrita de quienes allá se refugiaron.